Pioneras: la emprendedora científica que aplica inteligencia artificial para proteger a las ballenas
La bióloga de Valdivia, Marcela Ruiz, fundó Acústica Marina, startup que monitorea el ruido submarino para proteger la fauna marina, evaluar impacto ambiental de empresas y detectar actividades ilícitas como la pesca ilegal.
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La bióloga valdiviana Marcela Ruiz (38) comentó que siempre tuvo una conexión con la naturaleza, lo que terminó por definir su ocupación actual. En 2020, fundó la startup Acústica Marina, que mide el ruido submarino con Inteligencia Artificial (IA), para monitorear la fauna marina, evaluar estudios de impacto ambiental y control de actividades ilícitas como pesca ilegal.
Ingresó a estudiar Biología Marina en la Universidad Austral, una elección natural, dijo, porque en la enseñanza media participaba de actividades como ferias científicas, con sus propios proyectos. “En una de esas experiencias, conocí gente de la carrera de Biología Marina. Me gustó mucho lo que hacían, y ahí lo vi como una oportunidad real de irme profesionalmente por ese lado”.
Ya en la universidad, se percató que si bien la Biología marina tenía una cantidad similar de hombres y mujeres, “tuvimos solo una profesora en toda la carrera y, además, los centros de investigación relacionados con los estudios eran todos liderados por hombres, entonces el tema de la falta de liderazgo femenino siempre estuvo presente”.
“El ecosistema emprendedor de base científico-tecnológica está en pleno crecimiento (...), pero falta avanzar en financiamiento, levantar fondos mucho más grandes, porque desarrollar e innovar es caro”.
Luego de realizar su tesis en Oceanografía y egresar, entró a trabajar al servicio público, como inspectora en el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, y en la implementación de la Política de Desarrollo Pesquero y Acuícola de la región de Los Ríos, donde permaneció por más de nueve años.
Rumbo al emprendimiento
Un paso que Ruiz definió como clave antes de fundar su Acústica Marina, fue su trabajo en la empresa de base científico-tecnológica Clean Energy, donde se desempeñó como gerente de desarrollo e innovación, etapa donde también realizó un magíster en Gestión Estratégica y Evaluación de Proyectos en la Universidad San Sebastián.
“Al trabajar en una empresa vinculada a este mundo, pude ver que efectivamente hay grandes oportunidades en el área de la ciencia para desempeñarse y contribuir desde la tecnología, que era un aspecto que me comenzó a interesar”, afirmó.
Desde ahí le empezó a rondar la idea de crear una empresa que combinara biología marina y tecnología. Y en 2018, cuando conoció al ingeniero acústico y académico de la Universidad Austral, Roberto Flores, la idea comenzó a tomar forma, hasta que, a inicios de 2020, ambos fundaron Acústica Marina.
“El sonido en el océano es una herramienta que no se ha abordado tanto en otros países. Con Roberto, vimos que era posible fusionar la acústica, donde él era experto y ya estaba desarrollando hardware, con toda la fauna marina y el océano, que es lo que yo manejo”, explicó Ruiz.
La startup se dedica a medir y monitorear el ruido submarino proveniente de fuentes biológicas, como ballenas; antropogénicas, como barcos; y geológicas, como sismos submarinos.
“Desarrollamos hardware y software, que operan con IA y machine learning, para descifrar las ondas acústicas. El hardware son los equipos que van al agua y captan la información de la onda acústica, y después se realiza un procesamiento de datos a través del software, lo que nos permite entender los ecosistemas y generar alertas”, dijo Ruiz.
Desafíos del ecosistema emprendedor
Respecto del ecosistema emprendedor de base científico-tecnológica local, la bióloga señaló que está en pleno crecimiento, ya que “hay políticas públicas que se están trabajando a través de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo y de la Corfo que han puesto el ojo en que podemos mover la economía desde estas startups”.
Sin embargo, destacó que falta trabajar es en el financiamiento, particularmente en “levantar fondos que sean mucho más grandes, porque desarrollar e innovar es caro. También, se le debería dar un impulso a quienes emprendemos en este rubro y hacemos una retención de talentos a nivel de magíster o gente que está muy capacitada, donde al final damos una oportunidad laboral”.
En el caso particular de las mujeres en este ecosistema, comentó que un aspecto en deuda es la falta de apoyo para consolidar redes de emprendedoras, “en el sentido de que aún la mayoría de las gerencias están lideradas por hombres, por lo que se produce una brecha de género”.
Para aportar a este debate, Ruiz se integró a la organización Women Board Up, que promueve el liderazgo de mujeres en empresas de base científico-tecnológica, y fue ganadora del premio latinoamericano "Women In Tech”.
De cara al futuro, espera continuar su camino con foco en Acústica Marina, donde su objetivo es monitorear todo el océano Pacífico, y seguir visibilizando a las mujeres en el emprendimiento y la ciencia, “enfocado en niñas y adolescentes de regiones, en que puedan visualizar las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y que se atrevan a elegirlas, porque el futuro está ahí”.